Un niño de 13 años detiene a un secuestrador con una resortera de 3 dólares.

En un pequeño pueblo de Michigan, Estados Unidos, Owen Burns, de solo 13 años, se convirtió en un verdadero héroe al actuar con rapidez para proteger a su hermana menor de un intento de secuestro.
Ese día, Owen acababa de regresar de la escuela. Todo lo que quería era relajarse y jugar videojuegos, algo que, como muchos chicos de su edad, le encantaba hacer. Mientras tanto, su hermana de 8 años jugaba en el jardín. Emocionada, había salido a buscar hongos cerca del bosque que estaba detrás de su casa.

De repente, la tranquilidad de la tarde se rompió con los gritos de la niña. Al principio, Owen pensó que ella estaba jugando con amigos, pero cuando escuchó el tono de desesperación en su voz, corrió hacia la ventana de su habitación—y lo que vio lo dejó paralizado: un desconocido estaba intentando arrastrar a su hermana hacia el bosque.
El hombre la había sujetado por la cintura y le tapaba la boca, intentando impedir que gritara. Owen entendió que estaba solo y que tenía que actuar de inmediato. Sin tiempo para pensar, tomó lo que tenía a mano: una resortera que su madre le había comprado por unos 3 dólares. Con ella, improvisó su defensa.
Sin dudarlo, colocó una piedra en la resortera, estiró la banda amarilla y disparó. Aunque el hombre estaba a unos 60 metros de distancia, el disparo fue certero: la piedra impactó al agresor justo entre los ojos. Owen volvió a cargar, esta vez con otra piedra, y lo golpeó en el pecho. Estos disparos rápidos le dieron a su hermana la oportunidad de soltarse y correr a casa sana y salva.
Llorando, la niña corrió a los brazos de su hermano y le contó lo cerca que había estado de ser llevada. Mientras tanto, Owen bajó corriendo las escaleras y salió de casa gritando, mientras el secuestrador huía herido y asustado por la inesperada defensa del chico.
Aunque el agresor logró escapar en ese momento, gracias a la detallada descripción de Owen, la policía identificó y arrestó al sospechoso poco después. Se trataba de un joven de 17 años de la zona, que ahora enfrenta cargos graves.
La rápida y valiente acción de Owen fue elogiada por la policía local. En una conferencia de prensa, el teniente John Grimshaw destacó la valentía y la rápida reacción del niño, que evitó que su hermana tuviera un destino trágico. La comunidad comenzó a ver a Owen como un verdadero héroe.
Más tarde, Owen y su hermana llamaron a su madre, quien llegó rápidamente y contactó a la policía. Las marcas en el cuerpo del sospechoso, provocadas por los disparos de la resortera, ayudaron a confirmar la historia del chico.
Lo que parecía ser solo un juguete barato se convirtió ese día en una herramienta de heroísmo. Owen había practicado con su resortera apuntando a latas vacías de jugo. Sin saberlo, esa práctica se convertiría en una habilidad crucial para salvar una vida.
La historia de Owen Burns es como una versión moderna de David contra Goliat: demuestra que la valentía y la inteligencia pueden evitar una tragedia. Además de proteger a su hermana, el episodio unió aún más a la familia, fortaleciendo los lazos de confianza entre ellos.
Existen muchos tipos de héroes, y a veces, las herramientas más simples son las que marcan la mayor diferencia. Bien hecho, Owen. Nos recordaste el poder del coraje y la importancia de la familia.
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