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Mi hermana dejó a su hija a mi cuidado, pero unas horas antes de que ella regresara, me di cuenta de que la niña había desaparecido.

Todo comenzó de manera simple. Riley, mi hermana, apareció en mi casa por la mañana con una expresión tensa.

“Henry, necesito un favor enorme. ¿Puedes cuidar de Mira por unas horas?”

Parpadeé, sorprendido. “¿Yo? ¿Cuidar a una niña? ¿Estás segura de esto?”

“No tengo opción. Tengo una reunión importante y no puedo llevarla. Solo necesitas vigilarla. La comida está en la nevera, nada de porquerías, y no puede salir. Es simple.”

Suspiré, pero acepté. ¿Cuántos problemas podría causar una niña de nueve años?

Las primeras horas transcurrieron sin incidentes. Mira era una niña inteligente, con una pasión por los libros que me dejaba sin palabras. Respondía de manera breve y directa, haciéndome sentir como un completo extraño.

“¿Te gusta la biología?” me preguntó de repente.

“Eh… nunca lo he pensado mucho. ¿Por qué?”

“Porque la biología trata sobre la vida, y la vida es fascinante.”

Me quedé sin palabras. Esta niña era más profunda de lo que esperaba.

Y entonces sucedió.

Después de un rato, noté que la casa estaba en silencio. Demasiado silencio. Llamé a Mira. No hubo respuesta.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Empecé a buscarla habitación por habitación. Nada. La puerta principal estaba cerrada, pero una de las ventanas de la sala estaba ligeramente abierta.

El pánico se apoderó de mí. Salí corriendo a la calle, llamándola. Miré en todas direcciones, preguntando a los vecinos si habían visto salir a una niña pequeña.

“Creo que la vi ir hacia el parque”, dijo una señora mayor.

Sin pensarlo dos veces, corrí hasta allí. Mi corazón latía con fuerza mientras imaginaba todas las terribles posibilidades.

Cuando llegué, examiné el parque con la mirada y finalmente la vi. Mira estaba sentada en un banco, leyendo un libro como si nada hubiera pasado.

“¡MIRA!” grité, corriendo hacia ella. “¿Qué estás haciendo aquí? ¡Estaba desesperado!”

Ella parpadeó, confundida. “Solo quería un lugar tranquilo para leer. La casa estaba muy ruidosa con tu charla contigo mismo.”

Respiré hondo, tratando de controlar mi frustración. “¡No puedes salir sin avisarme! ¿Y si te hubiera pasado algo?”

Me miró por un momento y luego sonrió. “Te preocupas por mí.”

“¡Por supuesto que me preocupo!” exclamé, sintiendo que la tensión desaparecía poco a poco.

“Eso significa que eres un buen tío”, dijo, cerrando el libro.

Esa frase me tomó por sorpresa. Por primera vez, sentí algo diferente. No era solo un favor para mi hermana. Quería estar allí para Mira. Cuidar de ella no fue solo una obligación, sino algo que me hizo darme cuenta de que quizá no estaba tan bien solo como siempre había pensado.

Regresamos juntos a casa. Cuando Riley llegó, estaba lista para darme las gracias rápidamente, pero se detuvo al ver mi expresión.

“¿Qué pasó?” preguntó.

“Nada. Pero creo que… tal vez no soy tan malo en esto de cuidar a los demás.”

Ella sonrió, y Mira me tomó la mano por un breve momento antes de entrar.

Ese día cambió algo en mí. Tal vez, solo tal vez, estaba listo para algo más que solo mi propia libertad.

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